El segundo compromiso forma parte del primer
Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) que se estableció en el año 2000: "
reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre para 2015". Un total de
72 países en desarrollo de los 129 a los que se ha realizado un seguimiento
han alcanzado esta meta.
La última propuesta fijada por las Naciones Unidas está recogida en los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos a finales de 2015, un llamado universal para adoptar medidas a nivel mundial para acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar la paz. El Objetivo 2 de los ODS es
"Hambre Cero" y su prioridad es la de:
"terminar con todas las formas de hambre
y desnutrición para 2030 y velar por el acceso de todas las personas, en especial los niños, a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año".
El progreso económico de los territorios juega un papel fundamental en la erradicación del hambre. Sin embargo, la relación entre el crecimiento económico y el hambre es compleja. En una economía creciente, las familias pueden encontrar más recursos para mejorar sus condiciones de vida. No obstante, la problemática existente atañe a la
población que vive en condiciones de extrema pobreza, la cual se ve más afectada por el hambre y por tanto puede que no tenga las mismas posibilidades de participar y sacar provecho de los beneficios del crecimiento.
En el siguiente gráfico puede verse la
evolución de la subalimentación por país en los últimos 10 años. Los datos están representados según el tamaño de la población por país.